MALOS DIÁLOGOS: DEMASIADA EXPOSICIÓN.

Uno de los principales problemas que puede haber con un mal diálogo es cuando se exagera en ellos hasta llegar a lo que se denomina como demasiada "Exposición".

Es decir, cuando se quiere explicar de más una escena o toda la historia de nuestros guiones al pretender dar más información de la necesaria y de manera muy obvia utilizando los diálogos en lugar de usar un método visual, que es el cinematográfico, para explicar las acciones o las actitudes de los personajes y su background.

Es como si se tratara de ocultar un mal diálogo que no lleva a ningún lado y que solo trata de llenar el espacio vacío de una manera en que el espectador pudiera notarlo.

Un personaje jamás deberá aparecer a cuadro y decir algo como: "Hola, mi nombre es Juan, soy alcohólico porque mi esposa me abandonó y se llevo a mi hija con ella, por ello no confío en las mujeres y me cuesta trabajo volver a encontrar una pareja, aunque sé que eventualmente lograré conseguir a amar nuevamente..." 
¡Nadie habla así en la vida!
No permitas que tus personajes expliquen su background o todo lo que hacen como si buscaran justificar sus actos. Eso es a lo que se le llama "Exposición Pura"

Debes dejar que las acciones del personaje lo definan y hablen por él o por ella, no por lo que dice sino por lo que hace. 

Que sea su historia y sus acciones las que nos digan lo que siente y lo que piensa.

Recuerda que lo que pretendemos, como guionistas, es contar una historia a través de imágenes. Eso es lo que se diferencia de la literatura en donde son las palabras las que hablan, pero en nuestro caso, el cine es un medio de imágenes y sonidos.

Lo mejor que se puede hacer para practicar como contar historias a través de imágenes es mirar y analizar los clásicos de la era del cine silente. En donde los autores hacían sus películas de manera meramente visual con la ayuda de algunos cartones de diálogo, que se usaban en esa época, y en algunos casos sin el apoyo de ninguno de ellos. 

El ejemplo más claro de una historia contada solo con imágenes se trata de una obra maestra del cine silente: "The Last Laugh" de Murnau. Esta es una historia contada solo a través de las acciones naturales de los personajes.

MALOS DIÁLOGOS:

Un mal diálogo es cuando nos olvidamos de las imágenes en movimiento y utilizamos solo las palabras para explicar todo lo que sucede en pantalla.

Un abrazo, una mirada, un desplante, un aspaviento o simplemente el quedarse inmóvil ante un suceso grave, todo eso puede decir mucho más de un personaje que si dice lo que quiere y lo que siente. 

Tipos de mala (demasiada) exposición:

PERSONAJES QUE NOS DICEN LO QUE ACABAMOS DE VER.

Esto sucede cuando se cae en la redundancia, es decir, si hay algo en la historia que ya hemos visto antes no es necesario repetirlo con palabras.  
Si anteriormente vimos a Juan y la manera en como es abandonado por su esposa, no es necesario que lo diga cuando conozca o interactúe con otro personaje en el transcurso de la historia.
Si la audiencia ya está enterada de lo ocurrido no debemos repetirlo con palabras. Nosotros estuvimos ahí cuando eso sucedió. 
Lo mejor para evitar caer en esta trampa es entrar en la escena después que ya hayan pasado todas las explicaciones pertinentes. 

PERSONAJES QUE HABLAN SOBRE EL BACKGROUND DE LA HISTORIA.

Muchas veces sucede que cuando contamos la historia caemos en la trampa de explicar al espectador lo que acaba de suceder antes de llegar a ese momento en la historia. Tratamos de dar una explicación del porque de las cosas que vemos. O lo que sucedió antes en la historia. 
Es común caer en este error cuando no se planea bien la historia de principio a fin sino que se va inventando mientras sucede.

"DÉJAME TE DIGO LO QUE PIENSO O LO QUE SIENTO".

Esta el la peor clase de mala (demasiada) exposición. Nunca funciona porque eso no es diálogo, sino que se trata de un personaje hablando de si mismo, como en un monólogo o como un loco que habla solo en la calle.
La solución para este problema es indagar en lo que se quiere contar y de esta manera encontrar una escena o una imagen que explique lo que se quiere. 
Una vez más, que sean las imágenes en pantalla que expliquen lo que piensa o siente un personaje. Si vemos a Juan caminando bajo una intensa lluvia en una calle solitaria y peligrosa podemos asumir por lo que esta pasando sin necesidad de explicación alguna. 

INVESTIGACIÓN.

Sucede cuando pones a dos personajes hablando entre si sobre un tema que conocen bien, pero pareciera que están hablando a la audiencia. Algo así como: "¿Cómo estás, Juan? ¿Sigues triste porque tu esposa te abandonó y se llevó a tu hija dejándote completamente solo? 
O también puede suceder cuando la historia que estás contando es sobre algún tema especializado como por ejemplo una historia de doctores en la que dos personajes explican los síntomas de una enfermedad de la que seguro los dos conocen a la perfección. 
Se supone que los personajes no están conscientes de que existe un espectador al cual hay que explicarle lo que pasa.  

La mejor manera de contar una historia de manera visual es mostrar como funcionan las cosas en ese mundo que has creado. Si estás hablando de cosas muy técnicas es mejor si muestras el funcionamiento de tal cosa y no explicas su funcionamiento. 

Este puede ser un error muy común cuando te preparas demasiado para una historia y tratas de demostrar tu conocimiento sobre el tema y el tiempo que has invertido en su investigación. 
Recuerda que no estás contando un documental o un manual técnico sino que se trata de una historia de ficción. 

Es importante no aburrir al espectador con datos que no tienen nada que ver con la historia.

HABLAR SOBRE ELLO EN LUGAR DE MOSTRARLO.

Otro de los errores comunes de una mala exposición es cuando no existe ningún conflicto ni drama en la historia. Si en una escena los personajes no crean ningún conflicto o drama entonces no tiene caso que estén en ese lugar o que hablen entre ellos. Esa escena no tiene ninguna razón de ser. 
No me muestres a Juan explicándole a Pepe la pelea que tuvo con su esposa y que originó que ella lo abandonara, muéstrame la pelea y la discusión que tuvo con su esposa. 

No muestres a dos personas hablando sobre un suceso, muéstrame el suceso. 

¡No me lo cuentes, muéstramelo!

Recuerda que para escribir un guion cinematográfico no existen las fórmulas secretas, solo las herramientas que te pueden ayudar a realizarlo.

¡Así, que a escribir se ha dicho!

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