Un arco dramático sucede cuando un personaje o varios sufren un cambio de actitud y de pensamiento durante el transcurso de la historia. Esto se encuentra presente en el 90% (approx.) de las historias que se cuentan, ya sean en teatro, cine o literatura.
El personaje principal debe tener al menos un objetivo visible (conflicto externo) y un objetivo de pensamiento (conflicto interno) en este último es de donde pertenece el ARCO DRAMÁTICO.
Este cambio puede que no sea el objetivo principal del personaje, incluso en algunas veces NO se llega a notar por completo, pero sí es esencial que exista en nuestros personajes si queremos provocar empatía en el espectador.
Es importante saber que:
Es importante saber que:
Un arco dramático puede ser positivo o negativo.
Es decir, pueden ser cambios buenos o malos. Eso lo sabremos a lo largo de la historia y las justificaciones que se le dé a la acciones del personaje.
Como guionistas debemos encontrar la manera de mostrar esos cambios que sufre el personaje de una manera meramente visual. El mejor método para hacerlo es a través de sus acciones.
Lo que debemos evitar es mostrar esos cambios a través de un diálogo del personaje principal, como un monólogo que explica lo que siente. Evita también hacerlo con algún diálogo de un personaje secundario que habla sobre los problemas del personaje principal, a eso se le llama, demasiada exposición.
Todo esto se debe establecer desde el comienzo de la historia. Es necesario ver la clase de personaje que estamos presentando: Su carácter, sus fallas, su manera de ser, sus conflictos, etc.
Es importante poner en imágenes esos rasgos esenciales de su vida.
Una vez hecho esto, nosotros como espectadores, seremos testigos del cambio que sufra ese personaje durante toda la historia.
Si no lo vemos no lo creemos.
El contraste es una manera fácil de lograr ver el arco dramático del personaje:
Al comienzo de la historia hay que verlo de una manera y al final lo vemos de otra, completamente cambiado.
Generalmente el arco dramático está implícito en el conflicto interno del personaje, es decir, es su objetivo que inconscientemente debe lograr cambiar y, para hacerlo lo hace a través de sus acciones y las lecciones que va aprendiendo en transcurso de la historia.
Para el desarrollo del personaje y su arco dramático tienes que tener claro, antes de escribir el guion, en donde comienza el personaje y saber también como va a terminar, luego haz una lista de todas las secuencias posibles que describan ese cambio a través de sus acciones.
Muestra el progreso del personaje en cada secuencia, debemos ver un avance o un retroceso en su manera de ser (cambios positivos y cambios negativos), en su forma de pensar y actuar.
No seas repetitivo, una vez que estableciste su carácter solo es necesario mostrar su desarrollo.
No es una regla que todos los personajes tengan un arco dramático, pero sí es de gran ayuda para que que el espectador pueda sentirse identificado en algún momento. Sirve para que la audiencia sienta empatía y una especie de conexión, una complicidad entre el espectador y el personaje.
Así seremos capaces de comprender por lo que está pasando. Un conflicto emocional sirve para humanizar a los personajes y hacerlos más realistas y verosímiles.
Al espectador le gustan más los personajes débiles, al menos los que tienen defectos, así pueden sentirse identificados de alguna u otra manera.
La gente de Pixar sobre la creación de personajes:
"Quieres a tu personaje más por sus intentos que por sus logros."
Esto de alguna manera tiene que ver con la identificación del espectador hacia el personaje ya que nos acerca más a ellos porque sentimos o hemos sentido alguna vez lo que ellos sienten. Hemos pasado por esa clase de cosas en algún momento.
Por último, intenta que el cambio que experimente tu personaje sea sutil. Nadie cambia de la noche a la mañana. Más bien vamos cambiando por los golpes que nos da la vida. Por esas lecciones que nos hacen aprender a la fuerza y aunque no lo queramos. Es un cambio gradual.
Lograremos ver el arco dramático de nuestros guiones al hacer una comparación del personaje al inicio de la historia y al final de ella. Uno puede darse cuenta del cambio que ha sufrido.
Recuerda que para escribir un guion cinematográfico no existen las fórmulas secretas, solo las herramientas que te pueden ayudar a realizarlo.
¡Así, que a escribir se ha dicho!
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