Siempre se ha intentado descifrar el misterio que se esconde detrás de la construcción de un guion de cine.
Esto se volvió tan rutinario que parece esencial conocer el secreto si que se quiere escribir un buen guion.
Se ha dicho también, que el guion cinematográfico es una estructura o bosquejo.
FÓRMULAS:
Las fórmulas son deseadas porque siempre buscamos soluciones sencillas que agilicen nuestro trabajo como escritores. Reducir tiempos en el proceso.
También queremos aumentar la capacidad de producción.
Deseamos, además, que llamen la atención y sobresalgan.
Buscamos guiones eficientes.
Por eso queremos conocer el significado o tratamos de interpretar el misterio que se esconde detrás de un buen guion.
Gracias a todo esto fue como aparecieron, aparentemente de la nada, infinidad de "gurús" del guion que aportaron cientos de libros que se supone te revelarían el secreto o el método perfecto para escribir un guion: "Que si debe estar desglosado por actos, beats, break points, etc." Aquellos que comenzaron a decidir en que momento debería ocurrir algo en la historia o un suceso que cambie la trama, etc.
Con el paso del tiempo la estructura se convirtió en un paradigma específico y ese paradigma se convirtió en una supuesta fórmula.
El problema esencial de las fórmulas es que se vuelven historias monótonas y predecibles que lo único que provocan es que la audiencia conozca la fórmula y pierda el sentido de sorpresa.
Las fórmulas hacen historias predecibles y aburridas.
La audiencia contemporánea busca algo diferente. Historias, que además de ser entrañables, que sean historias que les hagan pensar.
Una buena historia debe ser como un paseo por diferentes caminos, que tenga giros y vueltas.
incógnitas conocidas y desconocidas.
Crea historias que sean capaces de tomar cualquier camino posible.
Historias con personajes sensibles y con defectos, que además sean activos.
Personajes que vivan el momento, que sean capaces de tomar infinidad de desiciones posibles.
Para evitar caer en la trampa de la fórmula hay crear personajes tridimensionales, aquellos con defectos, que sean conflictivos, confusos e incompresibles.
Que sus acciones sean inciertas y muchas veces contrarias.
Una buena historia requiere de personajes vivos, realistas, verosímiles, dinámicos. Que sean capaces de sorprendernos.
Por eso la creación de personajes, su análisis, estudio y psicología son parte fundamental para la construcción de una gran historia que llegue a ser entrañable.
Cuando la historia juega contra todas las expectativas, es este entonces, el camino ideal hacia un buen guion.
Es necesario cumplirle a la historia en sus propios términos, permitirle vivir y respirar, hacerla parte de nosotros y de la vida real.
Déjate llevar por la historia.
Permite que la historia te lleve a donde tenga que ir. Así evitarás que caiga en la trampa de la fórmula.
Para crear un buen guion no es necesario ninguna fórmula, solo necesitamos de buenos personajes que sean convincentes y verosímiles, además de una narrativa que se mueva de una manera imprevista e inesperada.
Mientras logras sobrevivir en el mundo de las fórmulas y paradigmas establecidos recuerda una cosa básica:
Los guiones son historias, no fórmulas.
Recuerda que para escribir un guion cinematográfico no existen las fórmulas secretas, solo las herramientas que te pueden ayudar a realizarlo.
NO existe la manera correcta de escribir, pero sí existe tú manera de hacerlo.
¡Así, que a escribir se ha dicho!
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